La situación se dio de la siguiente manera: cuando nosotras estábamos subiendo las escaleras para ingresar a la cancha, obviamente para poder entrenar, se acerca a nosotras un representante de la comisión directiva del club, de apellido “Capella” llamándonos de una manera un tanto sobradora diciendo: shh!! Shh!! Ustedes no pueden practicar, a lo cual preguntamos el porque de esa decisión y él contestó que a ahora nuestro horario lo tenía patín, volvimos nuevamente a preguntar porque y nos respondió que era debido a que nosotras no pagábamos la cuota (que estábamos atrasadas). Lo que más nos sorprendió que todas estamos al día, salvo dos o tres jugadoras que deben solamente dos meses y que ya están poniéndose al día.
Inmediatamente fuimos a la secretaría para hablar con el presidente del club y que nos diera una explicación razonable. Para más bronca nuestra nos dejaron esperando una hora en la puerta porque justo en ese momento tenían una reunión. Mientras esperábamos nos cerraron la puerta y la ventana en la cara.
Una vez que entramos solo dejaron que lo hagan el entrenador y solamente 3 jugadoras, de las 9 que estábamos, en donde nos recibió el tesorero (no sabemos el nombre), el vocal Capella, otro dirigente más que no sabemos el nombre y el señor que cobra las cuotas en la recepción de abajo (que no es dirigente, que nosotras sepamos). Obviamente preguntamos por el presidente del club pero el jamás salió a dar la cara, se encontraba “ocupado”.
Durante la reunión los todos ellos dijeron que hubo un error y que con nosotras no era el problema, que era con los varones, que ellos son los deudores. Que de la misma desesperación y bronca por no saber como resolver que los chicos se pusieran al día hicieron las cosas mal y nos dejaron a nosotras sin horarios, pero por culpa de ellos. Así que el tesorero sin prácticamente escuchar nuestras quejas dijo: Ya está todo aclarado a partir de la semana que viene tiene de vuelta su horario.
La reunión nunca próspero, no llegamos a ningún arreglo, se lavaron las manos en todo momento y se echaban culpa entre todos. Obviamente nos fuimos enojadísimas y sin poder practicar porque perdimos la hora en esperar que se decidieran a atendernos.